El Sur del Mundo ejerce un mágico atractivo para muchos buscadores de Lo Eterno:
- La inmensidad de los hielos y las nieves;
- La imponderabilidad de los mundos congelados;
- La potencialidad perenne que hará posible que todo empiece de nuevo...
¡¡¡¡SIEMPRE!!!!
José Luis Ontiveros, escritor mexicano, acendradamente romanoamericano, viaja hoy, ya no por el mundo de los libros, sino que leyendo en las profundidades de lo existente, experimentando en sí mismo el contacto con el resurgir de las espiritualidades A LA SOMBRA DE LOS HIELOS ETERNOS.
He aquí su despacho desde la Finis Terrae.
Lo hemos reproducido de la Revista Vértigo.
http://www.vertigopolitico.com/articulo/25808/Corrientes-espirituales-en-el-fin
Existe la tesis de que el sur del mundo sería ahora el chakra del planeta, un círculo inconmensurable de energía, uno de los centros espirituales en que las raíces mantendrían su relación con la fuentes primordiales que moldean el destino de los hombres, aun sean estos despreciadores de valores, ávidos calculadores de ganancias, pequeños políticos, escribanos de florero pero sometidos a la desesperación cuando en un momento de lucidez dirigen su mirada a las estrellas.
Cabe señalar que en el extremo del planeta, donde los hielos se condensan y los fiordos alzan su majestad gélida, en las cumbres nevadas de las montañas, en las cordilleras que se extienden como un manto de cristales sobre los lagos, en esas inmensidades se está produciendo un resurgir de poderes invisibles, que de acuerdo a diversas interpretaciones serían las causa secreta de los terremotos en Chile, las capas tectónicas se resbalan y colisionan porque ahí hay una energía que envuelve a los mortales sin que estén muy conscientes de que se da una comunión perfecta, una eucaristía entre la tierra y el cielo.
Se habría ya producido la llegada de hombres que fueron enviados para cumplir una misión superior, anunciar el término de la edad sombría y el despertar de otras esferas del ser.
Una figura simbólica sería la del escritor chileno don Miguel Serrano, que alimenta una tradición que ahora fructifica en el simbolismo de la geografía sagrada de Santiago de Chile, y del conquistador Pedro de Valdivia, que habría trazado la ciudad en relación al Solsticio, como la pirámide sagrada de los mayas.
La llegada al pontificado romano de Francisco I ha revitalizado el catolicismo ante la embestida cada vez mayor del protestantismo, pero hay que acudir a los centros clandestinos, a los que no se ven tanto en la superficie. Ahí hay una relación interesante entre el punto del sur del mundo y la espiritualidad.
Profecía
En Chile como en Argentina ha tomado cuerpo la tendencia islámica chiita, la que es quizá la forma más pura de esta doctrina y que se alimenta del martirio y de la plegaria, en la descendencia de Ali. De pronto uno se encuentra con jóvenes que ya no pertenecen a la civilización occidental en su entropía y decadencia, que han adoptado una vía de dureza y exigencia, que se comportan noblemente, que sofrenan a los caballos desbocados de la pasión. Estos círculos son discretos y eficaces; su apostolado se da con el ejemplo, el silencio y la perseverancia. Hay notables afinidades con posturas políticas del todo incorrectas y abiertamente heterodoxas.
Otro punto a considerar es la proliferación de un cierto paganismo solar que encuentra en el simbolismo del fin del mundo el sentido de la lucha entre la luz y las tinieblas, no a la manera maniquea sino más bien en la línea zoroástrica y en la revitalización de las runas del poder.
Mas estos movimientos espirituales se dan en rechazo a la muy destructiva New Age del eclecticismo y las religiones a la carta. La extinción de la New Age corresponde, por otra parte, a una clara conciencia de la lucha y la identidad cultural.
Otra tendencia es la vertiente ortodoxa de la Iglesia y de la herencia bizantina, especialmente en Argentina, con sede en Brasil, donde el pensamiento de Alexander Duguin es muy apreciado en relación a Rusia como III Roma.
Estas corrientes se caracterizan porque tienen un atractivo muy particular para los jóvenes y quizá se cumpla la profecía de Miguel Serrano: “En el extremo sur del mundo despertará la nueva espiritualidad alzándose sobre las ruinas”.
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