2013-02-14.
SOBRE LA
SUPERACION DEL ABSOLUTISMO Y DEL RELATIVISMO.
La antinomia se
da en el mundo moderno entre relativismo y absolutismo.
El mundo moderno
está apresado conceptualmente por la disociación de la organicidad en todo
ámbito de cosas. Absolutismo y relativismo son los términos con los que se
polariza esa general disociación.
Nuestro dilema
no puede estar dado por la contraposición dialéctica entre ambos términos, sino
que nuestro desafío consiste en asumir o no la superación de ambos términos con
el encuentro sintético de un camino medio; encuentro que es, en realidad, un
reencuentro: y este reencuentro viene a ser la recuperación orgánica de una
unidad perdida, en la cual el todo tenía una dimensión permanente y una
dimensión cambiante: por un lado, una estática que al permanecer en el tiempo
asegura la identidad de (y en) el mismo todo, y por otro lado, una dinámica que
hace que las relaciones entre las partes y subpartes del todo vayan cambiando
incesantemente. Un ejemplo de esto –proveniente de la ecología- es el
constituído por los ecosistemas en los cuales la armonía del todo se logra con
el equilibrio entre las distintas fuerzas en pugna, esto es en la lucha diaria
(diurna y nocturna) de las distintas especies presentes en un determinado
medioambiente natural las cuales pujan por sobrevivir y dominar (la famosa “Ley
de la Selva”).
Absolutismo
implica soluciones de continuidad, o sea, desvinculaciones entre los seres,
ruptura de relaciones entre los que antes formaban parte de un todo.
Relativismo implica
que solamente valen las relaciones y no las identidades de los que se
relacionan. Todo es cambiante, diluído, sin fronteras que marquen un nosotros distinto
a un ellos.
La síntesis -que
supere la disociación moderna entre absolutismo y relativismo- tiene que
recuperar las vinculaciones entre las partes y subpartes, reencontrando con
esas vinculaciones al todo que estaba perdido, resaltando que las identidades
están en movimiento en virtud del hecho fundamental de que están vivas.
PETRAS PETRUS DE PETRIS.
COMENTARIOS RECIBIDOS:
EL ROTO MARTILLADOR:
Considero pertinente superar esta dicotomía
tan venenosa. Es más, pienso que ambas posturas se encuentran ligadas a las
formas políticas de administración del poder.
Pienso en la Democracia como el régimen de la
filosofia relativista y la Dictadura como la vanguardia del absolutismo. Como
dice muy bien Aristóteles, el hombre es un animal político, por lo que toda
reflexión filosófica es a la vez una reflexión política.
Pensando en esto, hay que superar a la
Democracia, pero además a la Dictadura. La primera la defiendenden muy bien los
liberales (de izquierdas y derechas) y la segunda, los mismos pero cuando no
saben que hacer con el Pueblo.
Así como los grandes estadistas del Siglo XX,
la tercera vía gira en torno más que al control de la opinión pública (como lo
hacen los democrátas y absolutistas) a su recogimiento y encauce en instancias
estructuralmente naturales: sindicatos, gremios, org. comunitarias. El Corporativismo
es mi propuesta, ya que más que absolutista o democráta, es un
pensamiento-acción orgánico que aleja la visión maquinicista del hombre para
iniciar una integración holística de su persona a una Comunidad a la cual le
debe honores. Esta integración trae consigo a la reflexión en torno a la vida,
la naturaleza y de como el hombre puede ser más, sin dejar de ser lo que
siempre ha sido.
El Roto Martillador.
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